En cuanto entro en casa y me siento en el sofá. Mi madre me informa de que ha llegado un paquete. Días atrás había hecho un par de pedidos para dos amigos (cosa que quiero dejar de hacer por que es echarme encima una responsabilidad que ni quiero ni me corresponde) diferentes. El caso es que abro la caja y solo me encuentro uno de los productos comprados ¿y el otro?. Miro el albarán y solo figuran los cascos que he encargado ¿y la tarjeta de sonido... donde cojones está?, pues nada, a darse de ostias con la tienda online, por que eso si, cobrar, me cobraron los dos artículos. Cosa graciosa por que mi madre dice "mira bien, por que si es una tarjeta a lo mejor se cayó de la caja por una rendija" (padres/madres y tecnologías... como nazis y judíos, igual). Y en vez de llamar al momento para exigir una explicación, prefiero dormir la siesta e intentar llamar a las seis y media de la tarde cuando la atención al cliente acababa a las seis. Me siento muy contento conmigo mismo por no enfrentarme a las cosas cuando toca hacerlo.
El caso es que me hervía la sangre y decidí que era el momento de reclamarle a un vecino el dinero que me debe por un amplificador que le había vendido hace ya mucho tiempo, que previamente me lo había vendido el a mi y el lo estaba usando actualmente... en fin, que soy subnormal. El caso es que este personaje no paga ni a la de tres y no me cogía el móvil desde hacia tiempo ya. Me dirigía hacia su casa, y lo veo llegar en moto ¡vaya un golpe de suerte!. Al final resultó que perdió el móvil hace tiempo (ya... eso es lo que EL dice...). Yo no me lo creo, pero quiero tener la fiesta en paz y le reclamo el dinero. Me dice que me lo da a la tarde y son más de las doce de la noche y yo no he olido ni un euro... por si no habéis leído, soy gilipollas. No aprendo ni a palos, Siempre me hace lo mismo ¡COÑO!. Es que es para darme de ostias...
No conforme Dios con esto. Decide seguir haciendo del día una mala comedia. Pues por motivo de mi cumpleaños, decido comprarme el Battlefield 3 para PC. El caso es que llego a la tienda a la que suelo ir y allí no quedan ejemplares. Me dice la encargada que queda solo uno en la otra tienda (de la misma franquicia) de un centro comercial a mas de diez kilómetros. Algo jodido por esto, cojo el coche y tiro para allá. Cuando llego, después de esperar veinte minutos en la cola (y eso que era el segundo ¿eh?) me lo venden. Pero decido canjear los puntos acumulados durante años por un descuento de treinta y dos eurazos. El asunto es que cuando llego a casa dispuesto a olvidar los malos momentos del día pasando un rato divertido en el ordenador... meto el juego, e intento instalarlo. Pues va a ser que no, por que después de hacerme instalar un par de paridas para prevenir la piratería (solo por estas mierdas compensa piratearlo, para que aprendan a andar jodiendo al personal con códigos, plataformas digitales y descargas en vez de instalación directa. A mi una vez una descarga me tardó ¡veintidós horas! por culpa de la mala conexión) me salta un mensaje que rezaba, "Ya has usado este código"... ¡ME CAGO EN VUESTRA PUTA MADRE, GAME, EA Y ORIGIN!. Llamé a EA (diez minutos antes de que acabara la atención al cliente, de pura suerte me di cuenta) y me sale un inglés... Dios mio, que comedia si me vierais intentando hablar con el, en inglés y con mi acento español... penoso. Le cuelgo al buen hombre, por que eso si, era muy paciente y educado conmigo y vuelvo a llamar, y me sale un español, y me dice que el juego es de segunda mano, que realmente el código pertenece a otro tío, (seguramente de mi misma ciudad, por que lo compré en tienda física) que lo instaló y lo vendió (y seguramente seguirá jugando por que para este tipo de cosas no hace falta el disco, pues que lo disfrutes, mamón), pero lo peor de todo, sin duda es que se lo aceptaran, por que yo me acabo de gastar el dinero en un juego al que no puedo jugar.
Hay quien pensará... "joder, que mala suerte". Aunque yo creo que todo esto es provocado por la incompetencia de las personas, y empezando por la mala fe del que vendió el dichoso juego y por el/la dependiente/a que lo compró, la incompetencia de mi vecino por ser tan gorrón y descarado. En resumen, que hay días que es mejor no levantar la cabeza de la almohada... aunque como dice mi tío "si todo el mundo fuera como tuviera que ser, se acabaría el mundo".
Saludos
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